Elecciones 23J

Sánchez no dedica ni un minuto a la debacle electoral y desoye las quejas de sus barones por las listas

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El PSOE está inmerso en una de sus peores crisis por la debacle de las pasadas elecciones autonómicas y municipales, y sumido en una rebelión interna por las imposiciones de Pedro Sánchez en las listas elaboradas por las federaciones. Dos asuntos que el socialista ha pasado por alto en su intervención ante el Comité Federal de este sábado, el primero tras los desastrosos resultados del 28M.

Sin autocrítica alguna por los malos datos electorales, y pese a las nefastas previsiones para las generales, Sánchez ha lanzado un mensaje cosmético e irreal, arremetiendo una vez más contra los «poderosos» y «las derechas», que ha tachado de «negacionistas» y «reaccionarias».

El socialista ha evitado en todo momento hablar del desastre de mayo, al que se ha referido como un «avance institucional de las fuerzas conservadoras», atribuyéndolo someramente a la «concentración» del voto de la derecha y la «dispersión» de la izquierda.

En este contexto, ha aplaudido el agónico acuerdo alcanzado este viernes entre Podemos y Sumar para concurrir juntos al 23J «porque la unidad es la primera muestra de responsabilidad para dejar atrás un ruido estéril», ha celebrado. Dicho esto, ha advertido a los suyos que este acuerdo no debe hacerles perder de vista que la «gran responsabilidad sobre lo que suceda el próximo 23 de julio recae sobre los socialistas». «La victoria es posible», ha proclamado. Todos los sondeos sitúan sin embargo a Núñez Feijóo como claro vencedor de los comicios.

Crisis interna

El cónclave socialista se ha celebrado en un clima de máxima tensión interna por las modificaciones de última hora impuestas por Sánchez en las listas. En respuesta, dos de los barones más críticos, Emiliano García-Page y Javier Lambán, ni siquiera han acudido a la cita en Ferraz. Sánchez sí les ha mencionado, junto al resto de secretarios generales autonómicos: «Vuestro ejemplo nos guía y nos hace mejores», les ha dicho, tras imponerles las candidaturas a la fuerza. Tratando de dar por zanjado el tema, ha señalado que «lo que importa» es «lo que está detrás de los nombres», «una militancia activa que sepa llevar ese mensaje de esperanza hasta el último rincón del territorio nacional».

Entre los cambios que han generado más controversia está la inclusión de la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, que no figuraba en la lista elaborada por el partido de Castilla- La Mancha, como número dos al Congreso por Toledo. Sánchez maniobró para presentarla como cabeza de lista, pero el rechazo de Page -el único barón que tuvo mayoría absoluta el 28M- a desplazar a Sergio Gutiérrez torció los planes del líder del PSOE.

En Aragón, Sánchez ha impuesto a la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, como cabeza de lista al Congreso por Zaragoza, y a Susana Sumelzo, muy cercana a él, como número dos. En respuesta, quince de los candidatos incluidos en las candidaturas presentaron este viernes su renuncia en bloque por «no compartir los criterios seguidos» por Ferraz. «Lamentamos profundamente esta decisión que va a producir, con toda seguridad, un profundo desánimo entre los militantes a pocas semanas de las elecciones», apuntaron desde el PSOE de Aragón.

En Ávila también se produjeron varias renuncias por la imposición Manuel Arribas como número uno de la lista. El diputado fue señalado por Marco Antonio Navarro Tacoronte, el Mediador, como uno de los presuntos participantes en la trama del Tito Berni que habría estado en las cenas con empresarios en el restaurante Ramses. El secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, se ha mostrado a su llegada a Ferraz «indignado, defraudado» y «enormemente decepcionado» por el cambio en las listas del PSOE en Castilla y León y ha descartado que haya margen para solucionarlo.

Obviando todos los asuntos de gravedad que sacuden al PSOE, Sánchez ha centrado la intervención en el Comité Federal en puntos habituales como la transición ecológica, la crisis energética, la «justicia social» o la biodiversidad, y en los ataques -en ocasiones muy duros- hacia PP y Vox.

«La economía  va como una moto», «el PSOE es una locomotora», «los socialistas tenemos a Nadia -Calviño, vicepresidenta económica- y las derechas, a nadie»… han sido algunas de las frases mitineras que Sánchez ha ido enviando a los suyos.

El socialista ha animado a sus cargos a «seguir combatiendo» a las «fuerzas reaccionarias», presentando las elecciones de julio como una dicotomía entre los «avances» de su Gobierno o y el «afán destructor» de la oposición, cuyas críticas, como es habitual, ha deslegitimado tachándolas de «bulos».

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